España tiene hipotecas Subprime
8 febrero 2011
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Desde que se comenzaron a publicar los datos de exposición al ladrillo de las entidades financieras, hemos comenzado a escuchar expresiones como "Hipotecas de alto riesgo", "Hipotecas bomba" o similar. Lo que esconde este tipo de expresiones son hipotecas que fueron concedidas a personas que no acreditaron suficiente solvencia o sobre bienes a todas luces sobrevalorados con la única finalidad de conceder un préstamo con fines especulativos.

Todos recordamos cómo surgió la crisis financiera en Estados Unidos y cómo el profesor Abadía hizo célebre la expresión de la "Crisis Ninja". También recordamos como los directivos de nuestras entidades financieras sacaban pecho diciendo que en España no hay Subprime, puesto que el sistema español hacía esa posibilidad inviable.

Pues parece que no. Parece que una de cada cinco hipotecas concedidas ha sido de alto riesgo, por un importe superior al 80% de tasación y cuyo pago implica el desembolso de más del 33% de los ingresos netos de los prestatarios. Que la bajada de los precios de los inmuebles ha hecho que la gente deba más dinero al banco de lo que vale actualmente la vivienda, y que las daciones en pago son insuficientes para cubrir el préstamo a todas luces desorbitado (no voy a esconder que las palabras "usura" aparecen en mi cabeza).

A continuación podéis leer la noticia publicada al respecto en Real Estate Press:

Las hipotecas que se concedieron por más del 80 y del 100 por cien  del valor de tasación de los pisos son de alto riesgo. Los préstamos con estas arriesgadas características suman 89.819 millones de euros, pero faltan importantes entidades con las que la cifra sobrepasaría de largo los 100.000 millones.

Representan casi una de cada cinco de las concedidas por las cajas y los principales bancos para la compra de vivienda y su morosidad es del 6,1 por ciento, lo que triplica la media del sistema. Estas hipotecas son lo más parecido a las subprime de Estados Unidos, según las definió Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Santander. Los expertos apuntan al sector de los inmigrantes y de los jóvenes con contrato temporal, como los principales clientes de las hipotecas-bomba. El Banco de España, más allá de realizar avisos públicos y privados, no impidió esta dudosa práctica bancaria.

Entre las entidades ausentes, o que no ofrecen la información completa, están: la fusión de Caja Madrid-Bancaja y cinco pequeñas entidades más;  ; Caja 3 y Unicaja, que no han facilitado la información de manera homogénea con la plantilla del Banco de España y dificulta su comparación.

Los banqueros y cajeros dieron por buena la ilusión de que los pisos no podían bajar, incluso algo peor: que no dejarían de subir. Así que casi daba lo mismo cuánto dinero se le prestara a un cliente por su vivienda, que debe ser la principal garantía del crédito, porque el piso siempre sería suficiente para resarcir el préstamo. Pero tras el pinchazo de la burbuja estalló el lío.

Los datos pedidos por el Banco de España a las entidades reflejan una regla de tres: la morosidad sube a medida que el crédito es más alto sobre el valor de la vivienda. En concreto, hay seis veces más morosidad cuando se da un crédito por más del 80 por ciento que cuando supone menos del 50 por ciento. Con las hipotecas de más del 100 por cien del valor, los impagados se multiplican por 10. Entre las entidades que destacan por su arriesgada concesión, a partir del 80 por ciento del valor de tasación, están: Caja Madrid-Bancaja, con 19.221 millones; el BBVA, con 15.556 millones; el Santander, con 9.286 millones; La Caixa, con 9.232 millones; Caixa Catalunya, con 6.528 millones y Banco Base con 5.810 millones.

Por morosidad en esta franja, los peores son Caja Duero- España, Unnim y la Kutxa de San Sebastián. Entre los bancos, el Sabadell y el BBVA. En total las cajas suman 56.000 millones en créditos problemáticos frente a los 27.650 millones de los seis bancos principales. El resto de hipotecas, bien concedidas, suman más de 437.000 millones, cuatro veces más que las malas. Pese a la gran diferencia, sólo suman morosos por 5.801 millones.