Es evidente que el origen del nombre de dicha calle proviene de la antigua localización de las Murallas Romanas de la ciudad de Zaragoza. Actualmente, todavía se pueden observar algunos restos de las murallas romanas que hacen de separación entre esta pequeña calle y la avenida cesaraugusto.

Las murallas fueron construidas entre los siglos I y III y tan solo se conservan dos tramos, los que coinciden con la calle del mismo nombre y los que se encuentran bajo el Convento del Santo Sepulcro. La función de protección y delimitación de la ciudad queda completamente desfasada a día de hoy, puesto que la ciudad ha crecido mucho más allá de estos límites.

La calle Murallas romanas, principalmente se compone de locales comerciales que dan paso a la cercana plaza del Pilar (o también llamada Plaza de las Catedrales) y por ende al Río Ebro.