Una de las arterias principales del Casco Histórico Zaragozano es la Avenida Conde de Aranda, una calle que comunica el Coso con el Paseo Maria Agustín y atraviesa muchas de las calles del Casco Histórico de Zaragoza. Es una avenida muy amplia, que se encuentra plagada de locales comerciales y viviendas en edificios que en gran medida se encuentran catalogados.

La avenida coge su nombre de un importante personaje histórico llamado Pedro Pablo Abarca de Bolea nacido a principios del siglo XVIII, que ostentó el titulo nobiliario de Conde de Aranda. Su temperamento de patriota, monárquico y cercano le consagró como un personaje querido por el pueblo en general, principalmente por sus actuaciones en varios momentos históricos como son el Motín de Esquilache, la expulsión de la Compañía de Jesús o su estancia como embajador en París.

Posteriormente, en el reinado de Carlos IV, vivió la etapa de la Revolución Francesa y sus ideas afrancesadas y la evidente guerra interna que sufrió el gobierno español le hizo caer en desgracia, comenzando a surgir multitud de leyendas negras de dicho personaje.