Como otras tantas calles del Centro Histórico de Zaragoza, la Calle Estébanes de Zaragoza debe su nombre a una familia de importancia en la ciudad, cuyos restos todavía se pueden encontrar en la ciudad. En concreto, el actualmente denominado Pasaje de los Giles, en el comienzo de la Calle, junto a la Plaza Sas parece ser un antiguo palacete de la familia de los Estébanes, que ya se cita en la historia en el año 1513 cuando Juan de Leon encarga unos artesonados “similares a los de la Casa de los Estébanes”. Años después, un incendio dejó maltrecho ese edificio, vendiéndose posteriormente a la familia de Los Giles (de ahí el nombre actual del Pasaje). El nombre de la calle, aunque dicha familia ya no fuera la propietaria del edificio, se ha mantenido hasta nuestros días, y con él, un grato recuerdo de su importancia comercial en la ciudad.
Esta calle forma parte de una zona denominada “El Tubo” conocida sobretodo por su gran número de bares de tapas -algunos de mucha antigüedad- y que actualmente está viviendo una segunda juventud. En la calle Estébanes podemos encontrar bares como las Bodegas Almau y algunas terrazas como la que regentan actualmente los propietarios de El Plata.
La Calle Estébanes de Zaragoza es una calle peatonal y bastante estrecha, lo que provoca en algunas ocasiones que los paseantes se apelotones en algunos tramos. Se puede acceder a ella ya sea desde la Calle Alfonso (en el tramo de la Plaza Sas) o desde la Calle Don Jaime I, muy cerca del Coso y la Plaza España. Además del edificio del Pasaje de los Giles, esta calle se caracteriza por un gran número de edificios catalogados y antiguos que poco a poco se han ido rehabilitando, por lo que es todo un placer mirar las fachadas que allí se pueden encontrar.
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