En la carrera de fondo que disputa el sector inmobiliario español por vender más casas está
ganando por goleada la usada. Las ventas subieron en 2014 por primera vez en cuatro años y lo hicieron gracias a esta tipología. De las 318.928 compraventas cerradas en 2014, el 62,7% (200.065 viviendas) fueron de segunda mano y apenas el 37,2% (118.863) de nueva planta, recoge la estadística del Colegio de Registradores. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las compras de casas de segunda mano aumentaron un 18,4%. Por el contrario, las nuevas cayeron en picado al retroceder un 16,9%.
Todo apunta que la segunda mano seguirá siendo la protagonista de las transacciones en 2015. El motivo principal es el precio. La usada es entre un 5% y un 15% más económica, según Manuel Gandarias, director del Gabinete de Estudios de pisos.com. “La diferencia entre una vivienda media usada en España y una nueva está aproximadamente en 400 euros por metro cuadrado”, calculan en Tinsa. Los inmuebles de segunda mano acabaron el pasado año cotizando a 1.347 euros por metro cuadrado, mientras que la obra nueva se situó en 1.624 euros, según los datos del Consejo General del Notariado.
Incluso se puede encontrar segunda mano “por poco más de 1.021 euros. Esto, sin duda, anima a los futuros compradores”, señala Chus de Miguel, directora comercial de Casaktua.com. Además, el precio de la usada ofrece un mayor margen de negociación cuando está en manos de particulares, sobre todo, en pisos sobrevalorados adquiridos en la
época de bonanza. Otro punto a su favor es que está gravada con menos impuestos. Los inmuebles a estrenar están sujetos a un 10% de IVA, mientras que los habitados soportan el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), cuyo tipo varía del 6% al 10%. Y, salvo excepciones, cuentan con mejor localización, ya que los nuevos suelen escasear en el centro
de las ciudades. “Un amplio porcentaje de los usados está en zonas más consolidadas y céntricas y con más servicios”, señala Chus de Miguel.
Aunque estrenar tiene un pro de mucho peso: “la mayor facilidad de financiación que ofrecen las promotoras y los bancos dueños de viviendas”, indica Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria. La obra nueva tiene normalmente un préstamo concedido al promotor que permite la subrogación del potencial comprador. Y las entidades dan más facilidades de crédito para colocar sus productos, sean nuevos o usados.
Que la segunda mano sea el motor de la reactivación que está viviendo el mercado se explica también porque hay mayor oferta. Y, “porque la obra nueva que venden los bancos también se considera de segunda mano”, indican en Idealista.com.
Gran parte de las existencias que tienen los bancos se cataloga como usada aunque está sin estrenar, ya que es vivienda que han absorbido como pago de la deuda de los promotores. Y mientras la segunda mano conquista al comprador, la nueva se contrae y cae en picado porque apenas se ha construido en España en los últimos años. Eso sí, la edificación de viviendas de obra nueva va en aumento, aunque de forma muy lenta. Bankinter estima que, tras años de fuerte caída motivada por la baja demanda y la parálisis promotora, las transacciones de casas nuevas volverán a recuperar un nivel cercano a 100.000 unidades en 2016 (que acabará con 450.000 ventas).
(El País. Suplemento Negocios. Página 26. Domingo 22)